Es una terapia donde una parte puede entenderse (desde lo mental) y otra parte es CONFIAR en que esta resonancia que se da, fluye desde:
- El consciente, que es lo que sabemos, lo que está en nuestra parte racional, lo que recordamos, lo visible de nuestro Iceberg.
- El inconsciente, que es lo que no vemos de nuestro Iceberg, lo que no recordamos, lo que nos pertenece pero no conocemos, lo que heredamos de nuestro sistema familiar y propio pacto álmico.
Ambas energías participan de esa resonancia; una resonancia que te guía a un terapeuta particular, una resonancia que te lleva a compartir esta terapia con un grupo determinado de personas al que estás unido/a por un hilo invisible que los invita, sin saberlo conscientemente, a un Círculo de Sanación ese día que asistís y no otro.
¿A qué me refiero con esto? A que cada encuentro tiene un propósito, una invitación siempre a ver, escuchar y sentir para sanar determinado tema que, tal vez, no será el mismo otro día.
La llamada del alma
Cada vez que sentís constelar o te resuena esta terapia es tu alma guiándote, diciéndote que ya es momento. Desde ese inicio de señal hasta que tomas la decisión, es tiempo de no escucharte, de postergarte a tomar un camino que necesitas, de dar ese giro que mereces, de tomar aquello que no estás viendo, de volver a tu lugar, de retomar el orden para vivir en abundancia.
Ese tiempo de postergarte se da porque lo pensás y no te dejas llevar por tu intuición que ya te da aviso de que "ya es momento". Es un tiempo de debate entre tu mente y tu alma que se da porque tu mente está programada lealmente a los patrones ancestrales y resiste a lo nuevo, a lo no conocido en tu sistema familiar.
Lealtades Invisibles
Somos un eslabón de un sistema y es natural, hasta comenzar un proceso, ser leales a esos patrones. Somos más leales a nuestro árbol que a nosotros mismos, por eso atiendo muchas consultas, por ejemplo, de:
- "Estoy por recibirme, pero no puedo salvar el último examen. En mi familia no hay personas que hayan finalizado los estudios".
- "Tengo todas las posibilidades de viajar y no puedo, no comprendo el motivo. En mi familia nadie viajó, o vengo de una familia muy humilde".
- "Tengo la posibilidad económica de vivir sin créditos, sin préstamos, pero los saco y no comprendo para qué… Mi familia tenía muchas deudas".
- "No tomo alcohol, pero atraigo parejas con adicción al alcohol. Mi padre es/era alcohólico". Todo lo que resistimos… persiste.
- "Estudié para maestra, pero no me siento completa. Mi madre o abuela eran maestras".
Condiciones de vida, profesiones, vínculos, temas físicos, psicológicos, maternidad, paternidad, trabajo, etc., serán más leales a tu sistema familiar mientras no elijas ver lo que viniste a sanar.
Sanar estos legados es nuestra misión, porque álmicamente elegimos absolutamente todo tal cual fue y es. Es nuestra responsabilidad álmica comenzar este viaje de orden e inclusión en nuestro árbol genealógico. Elegir ver, sentir y escuchar esa información que naturalmente resuena en una constelación es un paso para abrirnos a dar movimientos que nuestros ancestros por su época no pudieron realizar y nosotros sí. Es dar movimiento a traspasar esa barrera que solo vos te pones cada minuto que pasa y seguís resistiendo. Dar el paso al comienzo de Tu sanación.
“A mayor resistencia, mayor asistencia”
- Vicky Sánchez