Las Constelaciones Familiares son una terapia transgeneracional, lo que significa que refiere al Árbol Genealógico. También es una terapia sistémica porque considera al árbol genealógico como un sistema.
Enfocarnos terapéuticamente en nuestro sistema familiar se hace mediante leyes que rigen naturalmente TODOS los sistemas y que, en el caso de esta terapia, se reflejan en lo que Bert Hellinger denominó “Los Órdenes del Amor”.
Los Órdenes del Amor como Base
Los Órdenes del Amor son la base para una constelación. Una constelación deja de serlo cuando los terapeutas no priorizamos en el proceso estas leyes que invitan al ORDEN del sistema y la INCLUSIÓN, permitiendo ver la totalidad del mismo sin excluir a ningún integrante.
¿Por qué? Porque ningún sistema funciona de forma abundante y armónica mientras una de sus partes esté excluida y/o no reconocida en la totalidad.
En este viaje de Orden e Inclusión, las constelaciones se vuelven un espacio donde el inconsciente colectivo del grupo presente (muchas veces sin conocerse o saber íntimamente la historia de cada participante) se encuentra para traer a la luz esos desórdenes y exclusiones que pueden estar tanto en el consciente como en el inconsciente.
¿A qué refiere el Desorden?
Cada uno de nosotros tenemos un único lugar, un lugar exclusivo, irrepetible e irremplazable. Nadie puede, álmicamente, abandonar su lugar, aunque la mente crea que así es. Por ejemplo:
- Irse a otro país para huir del sistema familiar.
- Abandonar un hijo/a.
- Negarse a ver a papá o mamá.
- Abortos o muertes trágicas.
- Bloquear a una ex pareja por dolor.
- Desaparecer de un vínculo por un engaño, etc.
Ninguna de estas situaciones o de índoles similares se pueden evadir. Nuestro rol ante cualquiera de ellas es afrontarlas, y todo lo NO resuelto resonará en nosotros hasta ser sanado álmicamente, que es: Tomar mi sistema familiar tal y como es y con su historia.
Sanación Álmica, no Física
Esto no significa que físicamente tienes que vincularte. La sanación de esta terapia es reconocerte en tu sistema álmicamente y reconocer al resto de los integrantes en su totalidad, con todo lo sucedido, tal y como fue.
Ese acto de aceptar todo tal y como fue y es, es lo que invitan las constelaciones grupales: seguir vivencialmente habitando historias, habitar emociones guardadas, sanar lo silenciado y sacarlo a la luz una y otra vez hasta que tu cuerpo te dé la sensación de que ya no lo siente como antes. El cuerpo en esta terapia es el gran termómetro, conjuntamente con las vivencias que comienzan a darse posterior a las constelaciones.
Cambia nuestra resonancia al comenzar el orden y la inclusión. Por lo tanto, si esa resonancia es vivencial, real y no SOLO mental, nuestro entorno comienza a manifestarse en nuestro contexto. Pero principalmente, como te comentaba, se siente en tu cuerpo: algo se va alivianando a medida que vamos viajando en nuestro árbol para ordenarnos, incluir, honrar y aceptar todo tal y como fue y es.
Cada vez que elegimos Rechazar, persistimos. Una parte nuestra queda detenida energéticamente en ese momento del tiempo, aunque nuestro cuerpo esté en este presente, y por eso es que, aunque NO lo elijas, sigues repitiendo patrones.
- Vicky